iglesia en la rocaes una iglesia cristiana no denominacional guiada por el Espíritu. Nuestras creencias están firmemente arraigadas en la Biblia, abrazando completamente el ministerio contemporáneo del Espíritu Santo y todos Sus Dones. Aceptamos, como parte de la familia universal de Dios, a todos los cristianos, sin importar su denominación, que abrazan el Credo de los Apóstoles, han confesado su fe personal en el Señor Jesucristo y creen que Su expiación es la única base para su salvación eterna. Los miembros de nuestra iglesia y ministerios asociados aceptan la siguiente Declaración de fe y práctica como esencial para la unidad general y la plena comunión dentro de nuestra comunidad espiritual:  

 

- Creemos que Dios es Uno, eternamente expresado en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.  

 

- Creemos en la deidad de Jesucristo. Jesús mismo es Dios(Isaías 9:6,7; Juan 1:1), siendo igual con el Padre y el Espíritu Santo en esencia(Filipenses 2:6).    

 

- Creemos en la deidad y personalidad del Espíritu Santo. Procede del Padre y del Hijo y es el agente activo de la Deidad en la tierra hoy.    

 

- Creemos que Dios, que es rico en misericordia, ha escogido desde la eternidad restaurar al hombre caído a sí mismo al elegir salvar de su ira eterna a todos aquellos que creen en su Hijo.    

 

- Creemos que Dios ha ordenado que todos los creyentes sean bautizados en el Espíritu Santo(Hechos 1:7,8). Esta experiencia es una obra distinta de Dios, posterior al don de la salvación y se recibe por la fe.(Hechos 19:2).    

 

- Creemos que todos los hijos de Dios están llamados a participar en el proceso de transformación de por vida al renovar sus mentes y entregar sus cuerpos como instrumentos de justicia a Dios.    

 

- Creemos que la obra redentora de Cristo proporciona sanidad sobrenatural para nuestros cuerpos físicos. “Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias…”(Mateo 8:17).     

 

- Creemos que viene a juzgar a vivos y muertos y pagará a cada uno según sus obras. A Su venida, los muertos serán resucitados físicamente, el creyente será resucitado para vida eterna y el incrédulo será resucitado para muerte eterna.(Daniel 12:2; Juan 5:29, 6:40; Hechos 24:15; Apocalipsis 20:13).